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Día 0: llegada a Roncesvalles

…y llegó el momento. Tras salir de trabajar un viernes nos ponemos en marcha hacia Roncesvalles (gracias, Esteban y May 😄)

Roncesvalles

La idea para el fin de semana era clara: llegar de Roncesvalles a Logroño en dos días (dos etapas de unos 80 km) probando así todo el tinglado de bolsas y demás. Las etapas son engañosas porque, aunque vamos a bajar desde los Pirineos hasta el Valle del Ebro, son dos días en los que se acumula mucho desnivel.

Pero no nos adelantemos; al llegar yo me voy directo a la Colegiata a por la credencial mientras Esteban y May dan una vuelta por la pequeña localidad navarra. Después tomamos un refresco en la terraza junto a la Posada y enseguida empiezo a preparar la bici.

Iglesia de Santiago y Silo de Carlomagno

Iglesia de Santiago y Silo de Carlomagno

Enseguida me llevo dos sorpresas:

  • la cubierta trasera da pena, a ver si llega a Logroño y allí la cambio
  • ¡me he olvidado del tornillo de la GoPro! No podré sujetarla en el soporte así que apenas podré grabar imágenes en estas dos primeras etapas

Con los pequeñas inconvenientes me pongo en marcha. Son casi las 8 de la tarde pero no tengo mucho camino por delante; tan solo tengo que llegar hasta Espinal, apenas 6 km valle abajo. Allí he reservado alojamiento en el Hostal Haizea para la primera noche.

Este es el track y el perfil de la etapa del día:

Track del día 0
Perfil del día 0

Son apenas 20 minutos, pero muy intensos y con cierta emoción. Sí, era “un test”, pero era parte del Camino de Santiago. No puede faltar la foto típica junto al cartel de carretera:

Ya falta poco

Los primeros metros son brutales, atravesando un frondoso bosque:

Track del día 0

El camino me saca pronto a la carretera para atravesar Burguete y ya no abandono el asfalto hasta el albergue. Allí guardo la bici en el garaje y me pego una opípara cena a base de huevos, patatas y chistorra.

Soy el último en llegar a la habitación -menos mal que llevo el frontal en la bolsa- donde entro con cuidado, haciendo el menor ruido posible. Aunque los ronquidos de alguno no iban a dejar que se me oyera; es uno de los sonidos típicos de la ruta jacobea que nos acompañará casi cada noche 💤 😄

¡Buen Camino!


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