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La carga: cómo llevarla

Las bolsas

Como ya comenté anteriormente, me decidí por bolsas de bikepacking en lugar de las tradicionales alforjas. Poco a poco fui haciéndome con las bolsas que creía necesitar y pude probar el equipo completo en el primer fin de semana de Camino.

Esto es lo que llevé ese fin de semana:

  • Rapha Bar Bag. Contenía las cosas “de valor”: electrónica, documentos (incluida la credencial del peregrino), etc.
  • Topeak Top Loader (0.75L). Cosas que quería llevar más a mano como el chubasquero, algo de comida, etc.
  • Topeak Midloader (3L). Aquí llevaba fundamentalmente herramientas y repuestos para la bici, además de algún extra como los manguitos.
  • Topeak Backloader (10L). El resto; básicamente, la ropa.

Y así iba la bici:

Así iba la bici

Ya en la foto se ve algún problema, ¿verdad? Efectivamente, la bolsa del cuadro dificulta enormemente meter y sacar los bidones. De hecho, en algunos casos tuvi incluso que parar para poder beber. Ese fue el principal problema (que no el único) que me encontré con las bolsas.

En realidad, lo más importante funcionó bien. La bolsa del sillín, la que llevaba la mayoría de los trastos y la que soportaba más peso se comportó de maravilla. Como, además, no llevaba demasiado peso (posiblemente unos 3 kg) casi ni me enteré de que la llevaba, y eso que durante el primer fin de semana se acumulaba bastante desnivel. Aún quedaba una duda y era cómo funcionaría en caso de lluvia, pero ya veremos que tampoco dio ningún problema.

Pero yendo a los detalles de cada una:

La bolsa del manillar

La bolsa del manillar es una Bar Bag de Rapha. Es bastante fácil de poner y quitar y es la que usaba cuando dejaba la bici para llevar las cosas que no se debían quedar en ella.

Tiene una bandolera de quita y pon guardada en la propia bolsa; es muy fácil de poner y quitar, tan fácil que hay un cierto riesgo de que se llegue a quitar sola. Esto es algo que deberían mejorar. Además, no es impermeable, así que mucho cuidado; si llueve, lo que haya dentro se va a mojar si no está metido en bolsas de plástico. Su capacidad es de unos 2 litros y tanto su construcción como sus cremalleras parecen ser de muy buena calidad.

Al contrario que el resto de bolsas del primer fin de semana, que eran relativamente económicas, esta es carilla.

La bolsa del cuadro (Midloader)

Esta me dio bastante guerra por varias razones:

  • A pesar de no ser muy grande (3 litros de capacidad) no encajaba bien en mi bici (que es talla S). Así que iba un poco “arrugada”, se desparramaba por los costados y me rozaba constantemente las piernas. Mal.
  • Me creaba bastantes dudas sobre su estanqueidad (en realidad es “resistente al agua” pero no impermeable).
  • Además, como he comentado arriba, dificultaba e incluso impedía el uso de los bidones. Esto me suponía un problema serio.

Total, que tras darle unas cuentas vueltas, se me ocurrían estas soluciones:

  • Poner portabidones con salida lateral
  • Usar bidones más pequeños
  • Usar un camelback
  • Cambiar de bolsa

¿Por cuál me decidí? Pues… por varias a la vez. Cambié los soportes, compré otra bolsa (que detallaré más adelante), puse un bidón más pequeño debajo de ella pero, como quedaba más sitio libre, es posible usar un segundo bidón más grande para compensar la pérdida de capacidad del primero. Así no tenía que usar camelback ya que no me apetecía nada llevar una mochila, por pequeña que fuera, a la espalda (aunque es cierto que hay otras soluciones posibles para cargar más agua).

La bolsa de encima del cuadro (Toploader)

Esta también fue una pequeña decepción. En el viaje inicial, el primer fin de semana, ya observé que tenía cierta tendencia a moverse hacia los lados y rozarme al pedalear. Pero como no era una molestia demasiado grande decidí seguir con ella.

Esta bolsa tiene la ventaja de, además de ser “resistente al agua”, tener atada una bolsa supuestamente impermeable. Por desgracia, no me funcionó y lo que llevaba dentro se empapó. Creo que cambiaré esta bolsa en el futuro.

La bolsa del sillín (Backloader)

Esta funcionó de maravilla durante todo el viaje, incluso con lluvia. Me parece que tiene un diseño estupendo:

  • La bolsa exterior, resistente al agua, se queda fija en la bici.
  • En el interior hay una segunda bolsa, esta sí estanca, que resistió perfectamente los aguaceros.
  • Aunque hay varias capacidades (6, 10 y 15 litros) creo que mi elección del tamaño intermedio fue la adecuada.
  • La bolsa interior tiene una válvula para extraer el aire y reducir el tamaño. Funcionó estupendamente.
  • El hecho de poder sacar fácilmente la bolsa interior sin desmontar el resto es perfecto.
  • Además tiene un elástico con el que sujetar más carga (yo llevaba unas zapatillas fuera) y enganches para las luces.

En fin, que si con las otras dos bolsas de Topeak no he quedado muy contento, con esta estoy absolutamente encantado, no puedo ponerle ni una pega.

El agua

Para el agua llevé los dos típicos bidones de 550 ml. El primer fin de semana hizo muchísimo calor y pensé en llevar un camelback, pero finalmente decidí no hacerlo. En el Camino Francés no hay problema para encontrar fuentes cada pocos kilómetros, así que no tenía demasiado sentido.

Debido al problema con la bolsa del cuadro, compré unos portabidones con salida lateral que venían acompañados de unos bidones algo más pequeños (¿500 ml?). Pero al quedar hueco con la bolsa nueva, puse uno más grande atrás e incluso gané algo de capacidad.

Extras

Aun tratando de ser minimalista, hay cosas que no pude meter en las bolsas. Principalmente, unas zapatillas.

Me gusta pedalear con zapatillas con calas (para la gravel uso calas de montaña). Hay gente que utiliza zapas “polivalentes” con las que se supone que se camina con comodidad aun con las calas puestas. Algo de este tipo:

Shimano MT3

A mí no me termina de convencer así que llevé unas zapatillas de deporte de las que se pueden mojar, por aquéllo de no andar descalzo por baños y duchas. Lo cual resultó una idea poco brillante; por una cosa es que se mojen… y otra que se sequen. Así que acabé comprando por el camino unos zuecos de plastiquillo que encajaban perfectamente sobre la bolsa del sillín.

Aquí se ve muy bien cómo iba:

Los extras

Para sujetar las cosas llevaba unas cintas de material plástico con hebillas que son muy cómodas y la última moda entre bikepackers. La verdad es que funcionan bien pero no hacen nada que no haga un trozo de cordino de toda la vida ni valen lo que cuestan.

Cambios: la nueva bolsa de cuadro

Como he dicho, después del fin de semana inicial decidí cambiar la bolsa de cuadro. Después de mirar muchas opciones me decidí por la de Apidura que se ve en la foto en la Cruz de Ferro:

Así iba la bici

La bolsa es muy cara pero creo que vale la pena; funciona estupendamente, es impermeable, tiene los lados izquierdo y derecho separados por una especie de membrana elástica, no se mueve, no me roza las piernas y tiene un orificio para pasar un cable desde un powerbank (que va razonablemente seguro en la bolsa estanca) a cualquier dispositivo (GPS, luces, etc.) que necesite ser cargado en marcha.

Se puede observar el hueco que queda tras ella para el bidón grande. Pero… no hay un bidón grande, lo cual tiene su historia que ya contaré en otro momento 😄

¡Buen Camino!


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