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Una reflexión sobre la planificación, el alojamiento y las reservas

Todo este viaje era para mí una gran novedad; no solo era mi primer Camino (insisto siempre en lo de primer porque espero y deseo que no sea el último) sino que tampoco había viajado nunca en bicicleta.

Esto, unido a mi inclinación a tener las cosas bajo un cierto control, me hizo planificar todo con detalle; no solo las etapas, sino también el alojamiento en cada una de ellas.

Con ello podía eliminar una preocupación y, como tengo una habilidad innata para agrandar la importancia de los pequeños problemas, hacer el viaje más cómodo y placentero. Podía centrarme en disfrutar y olvidarme de la parte logística y de organización.

Por otra parte, ¿qué tipo de alojamiento elegir? Desde luego, los hay para todos los gustos, colores y presupuestos. Albergues públicos, de la Iglesia, privados, hostales, campings, hoteles de más o menos lujo… está claro que se puede encontrar lo que busque cada cual.

En mis pensamientos inciales, cuando esto era una idea incipiente, pensaba en hacerme el viaje más cómodo, que uno ya no está en edad de ciertas cosas. Pero a la hora de la verdad, cuando tocó reservar los alojamientos para el primer fin de semana, me pudo el “espíritu del Camino” y decidí elegir albergues. Me parecía que los hoteles desvirtuaban un poco el Camino -cosa que quizá ocurre también con el mero hecho de viajar en bicicleta, pero a eso sí que no pensaba renunciar-.

El caso es que los albergues en los que me alojé esas dos primeras noches eran un lujo asiático en comparación con lo que yo imaginaba o había conocido años atrás, o de algunos humildes refugios de montaña que tengo más recientes. Aun así, el resto del viaje decidí alternar los albergues con un par de alojamientos de otro tipo, supuestamente más cómodos, para asegurarme un buen descanso en una habitación para mí solito.

Evidentemente con el viaje terminado se ve todo más fácil pero ahora pienso que el exceso de planificación fue un error. Si volviera a empezar lo haría de otra manera.

La planificación de las etapas

La planificación de las etapas la hice cuidadosamente teniendo en cuenta el tiempo disponible, longitud, desnivel, etc. y dejando un día de margen para imprevistos. Esto implicaba adivinar cómo iba a reaccionar mi cuerpo ante una actividad desconocida, saber con antelación qué día iba a estar cansado, etc. Evidentemente las estimaciones eran algo conservadoras -o eso descubrí durante el viaje- pero creo que, con los datos que tenía, eran las mejores posibles.

Recuerdo que tras la primera etapa de la “segunda parte” (la que me llevaba de Logroño a Santiago) acabé muy cansado y preocupado por no poder terminar según el plan previsto. Pero, muy al contrario, el hecho es que cada día me sentía más fuerte tanto física como anímicamente. Fueron varios los días en que llegué al destino con la sensación de que me apetecía mucho continuar y diría que esta sensación crecía con cada día que pasaba.

La planificación de las reservas y el tipo de los alojamientos

La primera mitad de Septiembre -y más aún el fin de semana de agosto en que comencé- es aún “temporada alta” de peregrinos. Aun así, creo que ninguno -o casi ninguno- de los alojamientos que ocupé estaban completos salvo, quizá, el de Santiago.

No era, pues, estrictamente necesario reservar con antelación. Lo que vi que hacían bastantes personas en mi situación -viajando en bici- era aprovechar una parada intermedia para estimar cuánto les apetecería rodar ese día y reservar alojamiento en ese momento, sobre la marcha. Otra opción, -más válida, claro, cuanto más lejos de Santiago- es, simplemente, buscar sitio cuando has llegado al lugar donde consideras que ya está bien por ese día.

En cuanto a si hoteles o albergues; ya he dicho que todos los albergues donde me alojé estaban muy bien, unos más y otros menos modestos, la mayoría extraordinariamente limpios. Hoy en día están todos -o casi todos- muy bien preparados incluyendo “lujos” como lavadora y secadora que son casi imprescindibles cuando viajas ligero y con lo justo.

También es cierto que visité algún albergue -que no voy a mencionar- cuyas condiciones de higiene, salubridad y hacinamiento me sorprendieron sobremanera; pero basta con investigar un poco con antelación (a día de hoy es trivial) para no caer en uno de ellos.

Además, en los albergues “pasan cosas”. Mi primera noche en un hostal (en Sahagún) fue, posiblemente, la peor del camino. No por el sitio en sí -que, por el precio, tampoco iba a ser gran cosa y ya era consciente de ellos-, sino porque era aburrido. No conocer a nadie, no poder interactuar con otros peregrinos es una pena y le quita valor al camino. Aunque, sin duda, habrá quien piense lo contrario.

Por otra parte, yo usé -por comodidad, ya que reservé todo de golpe en un par de tardes una vez decididas las etapas- una plataforma online para las reservas. Esto incrementa ligeramente los precios a la vez que disminuye los ingresos de los anfitriones lo que, en algunos casos, es para tener en cuenta.

En resumidas cuentas, ¿cómo lo gestionaría hoy? Aunque tendría una idea aproximada de cómo distribuir las etapas las adaptaría, alargándolas o acortándolas, sobre la marcha. Haría las reservas por el camino, directamente con el alojamiento de ser posible. Y elegiría albergues salvo que hubiera una buena razón para otra cosa.

Las etapas y los alojamientos

Este es un resumen de las etapas y los alojamientos. Los precios pueden incluir algún pequeño extra como alquiler de toallas, pero no cenas, desayunos o lavandería excepto donde lo especifico.

Día Longitud Desnivel Alojamiento Precio
0 6 km 50 m Albergue Haizea (Espinal) 15 €
1 76 km 900 m Albergue Jakue (Puente la Reina) 18 €
2 77 km 1200 m - (1)
3 56 km 900 m Albergue de Carrasquedo (Grañón) 15 €
4 99 km 1200 m Albergue Fuente Sidres (Castellanos de Castro) 22 € (2)
5 92 km 420 km Hostal Alfonso VI (Sahagún) 30 €
6 111 km 750 m Albergue Só per Hoje (Astorga) 25 € (3)
7 79 km 1100 m Hotel Plaza Mayor (Villafanca del Bierzo) 62 €
8 53 km 1300 m Pensión A Casa de Pepe (Triacastela) 45 €
9 93 km 1600 m Albergue San Antón (Melide) 15 €
10 55 km 1000 m Albergue The Last Stamp (Santiago de Compostela) 24 €

(1) Al terminar esta etapa me fui a casa a dormir 😄

(2) Incluía el lavado de ropa en el precio

(3) El precio incluía el desayuno

¡Buen Camino!


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